Adrián Cammarota
(2023). Débiles, anormales, higiénicos y civilizados. La medicalización de
la niñez escolarizada en Buenos Aires (1884-1945). Buenos Aires: Ediciones
Imago Mundi, 240 pp.
María Belén Trejo
Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Educación, Universidad de Buenos Aires
belu_trejo@yahoo.com.ar
https://orcid.org/0000-0001-7195-5590
La obra que presentamos en esta reseña fue escrita por el doctor Adrián Cammarota, docente e investigador del campo de la historia, que explora en diferentes publicaciones los nexos entre la educación, la escolarización y la salud, entre otras líneas de trabajo. El libro integra la colección Florencia Fossatti de Educación y Salud de la editorial Imago Mundi.
Débiles, anormales, higiénicos y civilizados explora, desde diferentes puntos de entrada, las relaciones entre salud, medicalización, higiene y escuela común y obligatoria entre finales del siglo XIX y la primera mitad de siglo XX. Al examinar como principal institución de interés el Consejo Nacional de Educación, no solo se aboca a la ciudad de Buenos Aires, sino que indaga la circulación transnacional de ideas, relaciones con políticas emprendidas por la provincia de Buenos Aires e iniciativas emplazadas en otras regiones de Argentina.
La introducción y los cinco capítulos que componen el libro analizan diversas dimensiones y actores para desarrollar el tema de la obra. Hay algunas vetas constantes, como las producciones discursiva y de normativa, así como las maneras en que los sujetos que integraban el sistema educativo interactuaron con ellas; distancias y relaciones que pueden trazarse entre proyectos y concreciones políticas, nexos entre el desarrollo de disciplinas como la medicina, la psicología experimental, la antropometría, la pedagogía, y las condiciones materiales en que se llevaron adelante experiencias de escolarización de la población infantil.
La obra se nutre de la producción reciente de, al menos, cuatro grandes campos de estudio. En primer lugar, de la historia social de la medicina, a partir de examinar el proceso de medicalización de la infancia y la familia, reconocer preocupaciones y emprendimientos de representantes de la corporación médica, identificar estrategias y dispositivos de intervención en el espacio público, y preguntarse por los efectos de las prescripciones y proyectos sanitarios, en este caso, en el ámbito de la escolaridad común. Por otro lado, retoma aportes de la historia social de la estatalidad y de las burocracias que indagaron las mediaciones entre la formulación de políticas estatales y su implementación, desarrollo e impacto, poniendo atención en agentes con distintas capacidades de intervención en la administración estatal para estudiar vínculos entre sociedad y Estado. Asimismo, la obra retoma investigaciones inscriptas en esta línea, que contribuyeron a pluralizar el concepto de Estado y dan cuenta de disputas, tensiones y negociaciones de proyectos políticos al interior del cuerpo de funcionarios estatales. En tercer lugar, se recuperan antecedentes de investigación que focalizaron en la infancia sus relaciones con la estatalidad, la filantropía, la beneficencia y las instituciones sanitarias. Por último, el autor retoma estudios de la historia de la educación, que indagaron la masificación de la escolaridad común como dispositivo disciplinante y productor de subjetividades, la educación de los cuerpos, la recepción del higienismo, la psicología experimental, la medicina preventiva y la eugenesia en el campo pedagógico.
La obra parte de la noción de medicalización escolar,
Entendida como la estructuración de los discursos, la aplicación de los instrumentos y los dispositivos que tendieron a disciplinar los cuerpos, a demarcar la salud de la enfermedad, lo normal de lo patológico, para mejorar el estado sanitario de las niñeces referenciadas en la escuela pública. (Cammarota, 2023, p. xxii)
Sobre esta base, y con la hipótesis de que entre medicalización y escolarización se construyeron relaciones de complementariedad, tensión y diferenciación, se elaboran las preguntas que organizan cada uno de los capítulos que componen el libro y que ponen de relieve las aristas de la cuestión.
En el primer capítulo, se presenta una caracterización del estado sanitario de la ciudad de Buenos Aires y, en menor medida, los territorios nacionales a fines del siglo XIX, y su impacto en las infancias: el azote recurrente de epidemias infectocontagiosas, patologías digestivas y respiratorias, acceso a la vacunación, condiciones infraestructurales propicias para el contagio, etc. En este marco, se analiza la creación del Cuerpo Médico Escolar (en adelante, CME) de la capital, su lógica de funcionamiento y algunas áreas de particular preocupación para esta repartición: arquitectura escolar, mobiliario, horarios y problemas de salud asociados con el quehacer escolar (detección de problemas sanitarios, posturales, visuales, higiénicos y surmenage). Pese a las orientaciones de esta repartición y a los principios rectores de la escolaridad común, consignados en la legislación de fines del siglo XIX, el devenir del CME estuvo signado por la disponibilidad de recursos económicos y profesionales, por las disputas con otras áreas internas y por la construcción de una autoridad médica efectiva en la difusión e incorporación de prescripciones, tanto al interior del CME como por parte de las comunidades educativas.
El segundo capítulo se focaliza en la inserción de profesionales médicos en el ámbito escolar: la sanción del Reglamento de la Inspección Médica Escolar (1909); conflictos, intervención de autoridades y cambios en la forma de organización del CME; las orientaciones que imprimieron sus responsables, y la incorporación de nuevas especialidades, consultorios, equipamiento y prestaciones dentro de la repartición. El capítulo se nutre de una interesante reconstrucción de prensa médica escolar, para lo cual aborda dos iniciativas editoriales del CME y una publicación, de similares características, de la provincia de Buenos Aires. El recorrido que se plantea en este capítulo permite al autor reconocer cuatro grandes periodos en relación con las tendencias y concreciones que se desprenden del estudio de mediano plazo de esa repartición estatal.
El tercer y cuarto capítulos abordan acciones recurrentes fomentadas por el CME: divulgación, medición, clasificación, prescripción y derivación. En primer lugar, se destaca la asociación entre higiene, transmisión de valores republicanos y moralización. El autor visibiliza el estímulo de las excursiones escolares, la actividad física y cultural como preocupaciones recurrentes de los galenos involucrados con la salud escolar. Estas iniciativas se instalan en el marco de una tendencia internacional por divulgar prácticas escolarizadas que mitiguen tanto la herencia familiar como el impacto de las deficientes condiciones materiales y sociales de vida de las poblaciones escolares. El despliegue de escuelas al aire libre y las colonias escolares se analizan como estrategias de intensificación de la intervención médica, en vistas de la regeneración corporal y moral en un conjunto de escolares que portaba rasgos diferentes a los esperados por los especialistas. Las posibilidades de observar, medir, cuantificar y clasificar fueron fundamentales para dar cuenta de la eficacia de los dispositivos implementados, así como también justificar la acción médica.
El cuarto capítulo aborda la construcción de la anormalidad como una categoría contingente, histórica, con efectos en la vida de las/os estudiantes: una operación que se valió de saberes expertos de la psicología experimental y la pediatría, y que también se apoyó sobre formas consensuadas de comprender la normalidad y el rol de la escuela. El capítulo se enfoca en estudiar las formas de delimitación e intervención sobre casos clasificados como de diferencia mental o cognitiva: posibilidad de abordaje en la escuela común, cursos de perfeccionamiento docente, instrumentos de medición y clasificación escolar médica, estrategias de segregación o de integración de esas/os niñas/os. Aunque las voces y proyectos de las personalidades analizadas en este capítulo podrían englobarse en la profusa producción de la biotipología, las recomendaciones y emprendimientos impulsados por Mercante, Senet, Morzone, Reca y Tobar García dan cuenta de diferentes estrategias pedagógicas de abordaje de lo que construyen como diferencia.
El último capítulo se centra en la promoción de conductas civilizadas, la higiene, el aseo y la alimentación tanto de profesionales médicos integrantes de la burocracia educativa como de asociaciones filantrópicas de la sociedad civil. Para abordar estos tópicos, se presenta un examen de cartillas, folletos, literatura de circulación escolar y, por otro lado, se examina la implementación de diferentes medidas alimentarias en el ámbito de la ciudad de Buenos Aires y la incorporación de este asunto dentro del campo de acción escolar.
Lejos de plantear las relaciones entre medicalización y escolarización como evidentes, unívocas y constantes, Cammarota observa que
Rechazamos la concepción esgrimida en una parte de la historiografía de que este modelo médico escolar ejerció de “manera eficaz” la selección y medicalización de la sociedad. Las propuestas del higienismo, su canalización por los vasos comunicantes que le permitían filtrarse en las escuelas y en los núcleos familiares o en los barrios populares, la ritualización de las tramas discusivas del magisterio que pregonaban “buena moral” bajo el amparo de ciertas tácticas para el disciplinamiento de las conductas, bien podían reproducirse de manera regular en los locales educativos, pero las distancias en su aplicabilidad u obtención de resultados inmediatos era otra cara del problema. (Cammarota, 2023, pp. 186-187)
En suma, Débiles, anormales, higiénicos y civilizados examina en un arco temporal de mediana duración las formas en que el Estado nacional, a partir de la acción de la escuela pública estatal desde fines de siglo XIX y durante las primeras décadas del siglo XX, desarrolló iniciativas para abordar la salud y las diferencias fisiológicas, corporales y psicológicas de la infancia. Entre sus aportes, explora el funcionamiento del CME, las publicaciones y personalidades asociadas con esta repartición, la creación de instituciones como las escuelas al aire libre, colonias escolares, escuelas para afásicos y retardados, comedores escolares y proyectos de fichas escolares.