Laura Graciela Rodríguez y Eva Mara Petitti (2021). Historia de la Escuela Normal de Paraná (1871-1969). La Plata: Teseo Press Design, 241 pp.
Autora: Amalia Nivón Bolán
Filiación institucional: Área Académica de Diversidad e Interculturalidad, Universidad Pedagógica Nacional, Unidad Ajusco, Ciudad de México
Correo electrónico: amalianivon@yahoo.com.mx
Historia del artículo
Recibido: 28 de noviembre de 2023 | Aprobado: 29 de noviembre de 2023
La obra titulada Historia de la Escuela Normal de Paraná (1871-1969), de las colegas Laura Graciela Rodríguez y Eva Mara Petitti, se inscribe en el marco de los estudios contemporáneos de historiografía latinoamericana de la historia de las instituciones educativas que han formado múltiples generaciones de normalistas en la región paranaense de Argentina, especialmente, porque es parte de las primeras instituciones normalistas con carácter nacional en América, en contextos de innovación pedagógica de finales del siglo XIX en Europa y América, donde la presencia de profesores y profesoras de diferentes naciones era una constante. Una época de importantes debates institucionales y pedagógicos que acompañarían cambios y nuevos retos en la instrucción pública; concretamente, en la organización escolar, la enseñanza de los planes y programas de estudio de las escuelas primarias y normales para varones y mujeres, y la incorporación de jardines para infantes.
Se revisa la gestión de diferentes directores que, a lo largo de casi un siglo, estuvieron al frente de la formación de la Normal de Paraná, influidas por agentes de la alta burocracia del Ministerio de Instrucción y del aparato de gobierno que estuvieron activos durante dos grandes periodos: uno de 1871 a 1919, y otro de 1920 a 1969. Periodos en que la Normal de Paraná fue escenario de cambios importantes en la formación de nuevas generaciones del profesorado, contribuyendo en la formación de una profesión que, poco a poco, fue vinculándose a los movimientos populares de resistencia que desafiaban la imposición de direcciones burocráticas. Se muestran las acciones y necesidades que impulsaron directivos, profesorado y estudiantes en momentos políticos y económicos que condicionaban la formación del magisterio de esa región.
Una de las cualidades del libro es la articulación que se establece entre las políticas de las reformas educativas y la dirección escolar, ofreciendo una visión más amplia y profunda de la educación y forma de gobierno, que favorece el conocimiento de otra perspectiva de los actores y la burocracia educativa, no solo de lo que ocurre dentro de la escuela como institución formadora, sino también del proceso de involucramiento de las familias en expresiones de resistencia social, apoyando los reclamos, y como protagonistas de los acontecimientos políticos e ideológicos ocurridos a nivel nacional a lo largo de esos años.
Como se narra en la obra, la Escuela Normal de Paraná surge en un contexto político de dificultades y cambios, sin dejar de seguir siendo una institución educativa formadora de jóvenes generaciones locales. La primera etapa comprende 48 años (1871-1919), época enfocada en la formación de profesores de enseñanza primaria, aunque a partir de 1887, 15 años después, funcionó más como escuela mixta, que vale la pena distinguir, siendo pionera en la coeducación en nivel medio, como señalan las autoras.
La segunda etapa se refiere a los 49 años siguientes (1920-1969), dedicada a la formación de maestras y maestros, hasta que por decreto gubernamental fue anexada a la Facultad de Ciencias Económicas y Educacionales de la Universidad Nacional del Litoral, cancelándose la formación normalista como parte del nivel medio para pasar a ser una escuela del tercer nivel educativo. Etapa distinta a la anterior, caracterizada por un nuevo y diferente crecimiento.
La obra, en general, se inscribe en la historia de las prácticas burocráticas de los acontecimientos nacionales y la política interna del país (golpes de Estado y dictaduras), así como en las presiones internacionales en materia de formación de docentes y educación primaria, media, media superior y superior.
Desde la perspectiva weberiana, la obra revisa las prácticas escolares dentro del ámbito normativo y burocrático del profesional directivo que influye en esta importante institución formadora de profesores y profesoras, para cumplir una serie de disposiciones disciplinarias, laborales y de control administrativo. Así, las autoras intentan responder a si bajo este sistema de trabajo puede haberse generado un modelo o patrón a seguir en otras instituciones de carácter estatal en América Latina, sobre todo ante la inestabilidad de los Gobiernos y constantes crisis económicas en esta región de América. Así, el trabajo deja abierta una ruta para otros estudios relacionados con la historia de las instituciones formadoras de profesores y profesoras de sistemas escolares estatales.
Hay un argumento interesante que lanzan las autoras sobre la designación del personal directivo y las afinidades personales y políticas con el Gobierno de turno, su formación y capacidades profesionales junto al cumplimiento de normas y disciplinas, guiados por prejuicios, reglas no escritas y sobreentendidos que eran parte de las tradiciones burocráticas de los contextos donde se asentaban. Al estar las escuelas normales sujetadas a las decisiones de la alta burocracia y control de reglamentos oficiales, los directivos estaban subordinados a las disposiciones normativas y secrecía del poder y actuación de los Ministerios de Instrucción Púbica.
Otros dos aspectos que el libro destaca son la relación del personal directivo con los estudiantes y la comunidad educativa en general y, de manera particular, la condición de género en el desempeño institucional de puestos de dirección y supervisión, asumiéndose de entrada concepciones diferenciadas en el ethos de género profesional e institucional, e identificando que realmente se ha puesto menos atención en el rol profesional que los varones han tenido. Así, las autoras proponen tres diferentes formas de análisis para comprender las gestiones de quienes fueron directivos (14 varones y 3 mujeres).
Primero, atender a sus rasgos personales y sus trayectorias, su condición de género, las instituciones de procedencia, titulación, experiencia previa, antes de asumir los puestos desempeñados y su término.
Segundo, identificar las principales medidas que aplicaron, recursos materiales empleados y visión sobre la profesión docente y sus contextos.
Tercero, reconocer las actitudes y comportamientos; es decir, el ethos profesional y de género de los directivos frente a las políticas de los ministros de Educación y los profesores, estudiantes, padres de familia y sociedad en general.
A pesar de que la obra distingue dos periodos, en realidad trazan ciclos en ellos, infiriendo diferencias sustantivas en el perfil del alumnado, como el lugar de procedencia, el recibir o no beca del Estado, el tener posibilidades de trabajar como docentes en sus lugares de origen, lo cual dispondría cambios en el escenario educativo nacional y la normatividad de los puestos de dirección y supervisión.
En los primeros tres capítulos se analiza la primera etapa de la Escuela Normal (1871-1919), caracterizada por la conformación de una elite de profesionales varones para la burocracia educativa de mayor jerarquía y un cuerpo de docentes mujeres para las escuelas primarias y de jardín de infantes, aunque algunas llegaron a ser parte de una elite profesional femenina. Esta primera época fue de estabilidad en el desempeño directivo de varones en Paraná, aun cuando procedieran de otras localidades. Esta tendencia fue afectada a finales del siglo XIX, al eliminarse las becas y con el paulatino crecimiento de la matrícula femenina y, posteriormente, los argumentos dados para que la normal se anexara a la Universidad del Litoral, las acusaciones de un obispo local en 1915, y las movilizaciones estudiantiles con motivo de la Reforma Universitaria de Córdoba, entre 1918 y 1919.
Los siguientes cuatro capítulos abordan la segunda etapa (1920-1969), señalada por presentar cambios institucionales, como la creación de la Escuela Normal Superior en 1931 y su cierre en 1933, y la apertura del Instituto Nacional del Profesorado Secundario con la normal anexa y, luego, la separación de la normal del instituto en 1945, así como las pugnas entre radicales y antipersonalistas de los años veinte. Señalan el crecimiento del nacionalismo antisemita de los años treinta, los enfrentamientos entre peronistas y antiperonistas de los años 1940 y 1950, y las luchas conocidas como “laica o libre” de finales de 1950. Por último, en 1968, señalan la eliminación por decreto del ciclo de formación de magisterio.
Los hallazgos que soporta el libro permiten sustentar nuevas hipótesis de trabajo, relacionadas con las fortalezas y debilidades de las alianzas burocráticas, organizadas por aspectos como la procedencia de los actores, edad, género, formación, prácticas religiosas, lealtades generacionales, convicciones profesionales e ideológicas, requerimientos de la comunidad escolar, participación de las familias de los estudiantes y políticas públicas en apoyo a la formación del magisterio nacional.
Finalmente, no quiero dejar de mencionar que esta obra fue realizada durante los años de la pandemia y, bajo esas circunstancias, las autoras lograron mantener el ánimo para incentivar que otros equipos de trabajo las apoyaran en la revisión de fuentes documentales oficiales y diversos archivos que lo respaldan. Esto suma al interés y entusiasmo que las autoras supieron irradiar para lograr un esfuerzo colectivo que, sin duda, contribuye al campo de la historia de la educación.